Caldes de Malavella
Entre la Costa Brava, el macizo de L’Ardenya y la sierra de Les Guilleries se extiende el municipio de Caldes de Malavella. Una población de la Selva rica en contrastes, patrimonio y tradición donde el agua termal es la gran protagonista. El agua es el elemento más importante y característico de Caldes de Malavella, ya que una de sus industrias económicas y turísticas más importantes se basa en las fuentes de agua caliente y el termalismo.
El núcleo urbano de la población está rodeado de historia. Desde siempre ha sido un lugar estratégico, donde las distintas culturas establecidas en el territorio han dejado su legado. En sus calles conviven ruinas romanas, como las termas del siglo I, con restos de arquitectura medieval, como las murallas del antiguo castillo de Caldes, con tres torres y datadas del siglo XII; casas medievales como la de Cal Ferrer de la Plaça, Cal Pebrot o Can Trelles, o la plaza dels Polls, donde se encontraba la antigua plaza del mercado. También se puede admirar en el municipio la iglesia parroquial de Sant Esteve, el patrón de Caldes de Malavella, del siglo XI, o edificaciones modernistas y novecentistas de principios del siglo XX. Todo ello conforma un conjunto patrimonial que convierte a Caldes en un destino muy atractivo para los visitantes.
El entorno natural de Caldes de Malavella constituye, además, un lugar idílico para los amantes del deporte. La población, lugar de referencia para el mundo del golf, es también punto de partida de varias rutas de senderismo y BTT. Estas pasan por frondosos bosques, ríos y llanuras que ofrecen unas vistas inmejorables del pueblo y de la comarca.
El núcleo urbano de la población está rodeado de historia. Desde siempre ha sido un lugar estratégico, donde las distintas culturas establecidas en el territorio han dejado su legado. En sus calles conviven ruinas romanas, como las termas del siglo I, con restos de arquitectura medieval, como las murallas del antiguo castillo de Caldes, con tres torres y datadas del siglo XII; casas medievales como la de Cal Ferrer de la Plaça, Cal Pebrot o Can Trelles, o la plaza dels Polls, donde se encontraba la antigua plaza del mercado. También se puede admirar en el municipio la iglesia parroquial de Sant Esteve, el patrón de Caldes de Malavella, del siglo XI, o edificaciones modernistas y novecentistas de principios del siglo XX. Todo ello conforma un conjunto patrimonial que convierte a Caldes en un destino muy atractivo para los visitantes.
El entorno natural de Caldes de Malavella constituye, además, un lugar idílico para los amantes del deporte. La población, lugar de referencia para el mundo del golf, es también punto de partida de varias rutas de senderismo y BTT. Estas pasan por frondosos bosques, ríos y llanuras que ofrecen unas vistas inmejorables del pueblo y de la comarca.
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