Osor
Osor es un municipio situado en el corazón de un valle rodeado de montañas y colinas, y de las poblaciones vecinas de Anglès, Sant Hilari Sacalm y Santa Coloma de Farners. El espacio natural del término municipal se complementa con el paso del río Ter y la riera de Osor, de gran riqueza paisajística y natural.
El núcleo urbano de Osor está formado por calles empedradas, callejones y plazas llenas de historia, modernidad y barroquismo propios de los siglos XVII, XVIII y XIX. Un ejemplo de este legado arquitectónico son la casa de Can Roure, con un bonito ventanal gótico y un portal adovelado, Can Margarits, con una ventana de arco conopial, o Can Casamitjana, uno de los pocos edificios que preservan su balaustrada de madera.
También cabe destacar los puentes medievales que conectan de lado a lado el pueblo de Osor: el puente de Can Vidal y el Pont Vell, de estilo románico y empedrado, que salva la riera de Osor. Este último es uno de los puntos más emblemáticos y fotografiados de la población.
Otro de los lugares más significativos de la población es la iglesia parroquial de Sant Pere. Datada del 922, hoy en día se conserva el brazo meridional y un ventanal de la antigua construcción, que era de estilo románico medieval. La edificación actual responde al barroquismo, con una estructura rectangular, una nave central y cuatro capillas. De su exterior destaca la fachada, con una puerta de arco rebajado, dos ojos de buey y el campanario, que corona el edificio.
Es muy recomendable pasear y caminar por el pueblo hasta llegar a la Font del Borrell, una fuente del siglo XVIII de la que mana agua fresca a la sombra de los árboles, así como realizar excursiones de senderismo o BTT por sus caminos.
El núcleo urbano de Osor está formado por calles empedradas, callejones y plazas llenas de historia, modernidad y barroquismo propios de los siglos XVII, XVIII y XIX. Un ejemplo de este legado arquitectónico son la casa de Can Roure, con un bonito ventanal gótico y un portal adovelado, Can Margarits, con una ventana de arco conopial, o Can Casamitjana, uno de los pocos edificios que preservan su balaustrada de madera.
También cabe destacar los puentes medievales que conectan de lado a lado el pueblo de Osor: el puente de Can Vidal y el Pont Vell, de estilo románico y empedrado, que salva la riera de Osor. Este último es uno de los puntos más emblemáticos y fotografiados de la población.
Otro de los lugares más significativos de la población es la iglesia parroquial de Sant Pere. Datada del 922, hoy en día se conserva el brazo meridional y un ventanal de la antigua construcción, que era de estilo románico medieval. La edificación actual responde al barroquismo, con una estructura rectangular, una nave central y cuatro capillas. De su exterior destaca la fachada, con una puerta de arco rebajado, dos ojos de buey y el campanario, que corona el edificio.
Es muy recomendable pasear y caminar por el pueblo hasta llegar a la Font del Borrell, una fuente del siglo XVIII de la que mana agua fresca a la sombra de los árboles, así como realizar excursiones de senderismo o BTT por sus caminos.
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