Recinto fortificado de Puig de Castellet
Es el único recinto fortificado ibero de la comarca de la Selva. Situado sobre una colina con un buen dominio visual, se eleva en un punto ilocalizable desde el mar. Su función principal debió de ser la de vigilancia de la costa y control del territorio, y habría sido habitado por un reducido destacamento de guerreros, junto con sus familias. Se excavó por completo entre los años 1975 y 1985. Las investigaciones han permitido datar su actividad entre los años 250 y 210 a. C., un corto periodo de tiempo. Dependía de un poblado de mayores dimensiones, seguramente Montbarbat. Su superficie era de 650 metros y estaba delimitado por tres lienzos de muralla, con dos torres, y once ámbitos de habitación —la mayoría, viviendas, además de algún espacio de uso comunitario— adosados a la cara interna de la fortificación. En el centro se encuentra un gran espacio abierto, donde se localizaron algunos silos y depósitos. Restaurado y museizado, el recinto se puede visitar durante los meses de verano, o bien con previa reserva.