Casco antiguo de Anglès
Los que afirman que del castillo de Anglès no queda casi nada se equivocan. Si bien es cierto que la fortaleza propiamente dicha desapareció hace tiempo, el núcleo que esta generó (y que no se puede entender sin la existencia del castillo) no solo se ha preservado hasta la actualidad, sino que ha sido declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
En el siglo xii, los vizcondes de Cabrera ya dominaban esta fortaleza situada sobre una pequeña elevación junto al Ter, que controlaba una estratégica encrucijada de caminos. Al abrigo de sus murallas se configuró una villa medieval que, en el siglo xiii, ya disponía de licencia para celebrar mercado y estaba atravesada por dos calles principales, la calle de Amunt (hoy en día, Major) y la de Avall, cobijadas por la pendiente de la colina, entre el castillo, en un extremo, y la capilla de Sant Miquel, en el otro. En las fachadas de sus casas, grandes portales adovelados y elegantes ventanales góticos y renacentistas nos transportan a los siglos xv y xvi. No se preservan sus murallas ni sus torres, pero el legado del castillo de Anglès sigue vivo.