Castillo de Torcafelló
Torcar un felló significa castigar al que ha infringido la ley. Esta era una de las principales funciones de los castillos feudales. Al llamar así al castillo, parece que los vizcondes de Cabrera lo quisieron dejar muy claro a sus vasallos de Maçanet de la Selva.
Sin embargo, Torcafelló atemorizó menos tiempo a los habitantes de su término que otros castillos, ya que fue abandonado muy pronto, en el siglo xiii, tras unos ciento cincuenta años desde su construcción. Posteriormente, en el siglo xv, los habitantes de Maçanet construyeron en su emplazamiento una ermita consagrada a San Jorge, como acción de gracias por haberlos librado de una epidemia, y en el siglo xix se habilitó una torre de telegrafía óptima de efímero funcionamiento.
No obstante, el castillo resurgió en unas excavaciones arqueológicas, que dejaron al descubierto su torre maestra circular, su pequeño patio de armas, varias estancias a su alrededor y la muralla, en parte bajo la ermita y dentro del perímetro del foso excavado en el siglo xix. Todo ello constituye un interesante patrimonio, ubicado, por otra parte, sobre una colina con hermosas vistas.